martes, 16 de julio de 2013

En cualquier parte del mundo,

Por Altagracia Pérez Pytel
Fotos: De mi Colección y de la Internet

En cualquier parte del mundo,
alguien se derrumba,
decide claudicar ante sus sueños;
bajar la vela de su barco 
y sencillamente tenderse
 y donde arrecie  
 y  lleve el viento.  
Ir a la deriva...




Los días que siguieron a la caída del muro  de Berlín,  el efecto dominó que siguió con el desmembramiento del bloque socialista y de los países que conformaron la antigua Unión Soviética, la caída del Comunismo en la Europa Central y del Oriente...  Era primero la alegría, la vuelta a la autonomía, el  sentimiento primigenio de reencontrarse con la  idea de  la libertad por muchos años frenado, violentado... Luego el recorrido hacia lo desconocido, (días de escasez  hasta de los productos básicos), y el ajusticiamiento de los culpables del antiguo regimen, pero  habrán  culpables que también, se colarán para conformar el nuevo buró y  los gobiernos, los que sostendrán  las fuerzas de un nuevo sistema de producción:  el juego libre de la oferta y la demanda del mercado,  la ley del más fuerte...  Una nueva ideología que estrenará lujos, autos, la vuelta a la  propiedad privada,  la corrida salvaje hacia un concepto de vida que  demanda y exhibe la avaricia, y también, por ratos el desencanto por  la privatización, la corrupción, el  desempleo, y hasta la mendicidad...  A  casi cuarto de siglo  y rendimiento de balance,  hay quienes  que ya  hasta desearían volver al anterior período... ¿ O es tan sólo un sentimiento romántico de añoranza de un tiempo que fue y  ya no está?

Ir a la deriva...

En cualquier parte del mundo, un hombre decide ser un traidor. Este hombre, quizás aburrido o cansado de observar los hechos a su alrededor,  o  sin entender del  todo su entorno, o  simplemente por jugar a transgredir o ir contrarriente con el sistema, este hombre decide romper con su cordón umbilical y abrazar otras reglas, otros rumbos, lanzarse al vacío. ¿Qué estimula al cerebro de un  hombre que creció  donde podía tenerlo todo, en un momento dar  la espalda y dejar atrás a lo que ha sido su vida...? ¿Qué motivó tan fuerte a Edward Snowden  tomar una decisión de tal magnitud,  como fue revelar al mundo  los hechos de espionaje en que incurría los altos estamentos de su país? ¿Qué lo empujó a convertirse en un disidente o desertor de su patria?¿qué lo llevó  en verdad a tomar esta decisión?¿Estaría él realmente consciente  de las consecuencias  que esto traería?

Ir contracorriente...

En otra parte del mundo y del tiempo, un hombre obstinado en sus propósitos de reestablecimiento de los derechos de su pueblo, languidece encerrado en una celda... Ve sus días pasar por una ventana... Podría ser que en cualquier momento, sus fuerzas puedan flaquear,  rendirse y  transar y negociar sus principios...  Pero no, cada día sabe esperar por el tiempo de la siega. Su ideal  parece presentir la luz  que podría aparecer al final del túnel. 


¿De dónde proviene su fuerza? Donde otros hombres podrían tambalear, éste se fortalece.


¿Qué alimentó la espera de un hombre como Nelson Mandela,  durante los 27 años que tuvo que pasar en la cárcel de la isla de Robben?   ¿Qué moldeó su paciencia,  cuando sólo podía recibir un visitante por año y durante sólo unos 30 minutos y luego por cada 6 meses,  recibir o contestar una carta? ¿ Qué lo ayudó a resisitir cuando esperaba por aquellas  cartas, que si llegaban, "eran a menudo retrasadas durante largos períodos y leídas por los censores de la prisión.."?  Dicen que las ideas de Ghandi abonaron su lucha...  




Pero, ¿ cómo lo hizo  para guantar este martirio, esperar,   y no renunciar a lo que el entendía debía de ser en su lucha contra el Apartheid, y luego erguirse quizás más fuerte  que los arboles que contemplaron los ojos de su infancia? Más allá de lo que los medios de comunicación nos predican, nos envuelven con su bruma y avalancha informativa:   

¿qué hace que unos hombres crean, conduzcan, revolucionen,  innoven con sus ideas y acciones, mientras otros  se conviertan en mansas ovejas de redil, o en  rufianes o perdedores? ¿Cómo obtener  lo que realmente sostiene, engrandece o hace ceder,  capitular las razones de vida de un ser humano? 

Porque a veces,


alguien abandona su lucha
y los días le pasan de lado,
no importa si el viento ruge
sobre su cabeza
o la lluvia golpea
su piel;
siente
que su corazón
es una caja hueca
sencillamente,
que ya no produce ninguna melodía.-